26 ene 2010

El perro estelar

El perro estelar tiene pulgas que lo inquietan. Han invadido su lomo y en el lomo es el lugar donde no le llegan las patas. El hombre vulgar tiene sueños que lo inquietan. Han invadido su mente y la mente es el lugar donde no le llegan las piernas.
El hombre estelar da a alimentar a sus pulgas con su sangre. Ellas se hinchan, como sueños, satisfechas. Absorben los nutrientes de su dueño. Y el dueño muere alimentando los parásitos saltarines de su cuerpo. Tener sueños nos desgasta. Sanguijuelas románticas de jovencitos enamorados.
Somos perros callejeros que sueñan con la caricia de un Dios ciego. Hay quienes besan a la esfinge que les monta una trampa. Hay quienes matan la araña que les teje el destino.
Destino, pared apedreada. Niño enfurecido, aprendiz del tiempo.
Vivir es teatral. Somos protagonistas de una obra ajena. Nos hemos olvidado de ensayar y no nos queda mas que improvisar en una obra sin argumento. Arrojémonos sobre el público; del teatro vacío. Matemos al autor; que nunca escribió.
Se levanta el telón, los futuros muertos aplauden al recién nacido. El recién nacido llora anticipadamente la muerte de sus seres queridos. Nacemos y morimos, entre llantos y risas.
Aplausos (irónicos chasquidos, golpetear absurdo de aletas con callos)
La obra no termina. El escenario es invadido por pulgas, sanguijuelas, ratas de alcantarilla, mariposas ebrias y Ángeles con flautas de opio. Es la hora de mi escena, la hora de minuto y medio. El minuto y medio: el instante efímero entre dos nadas idénticas.
Hago justamente lo que no tendría que hacer. Es muy bueno mi papel. Alguien tiene que hacer de mí y el papel vaya saber quien me lo designo. Soy la persona correcta para actuar de lo que actúo. Y actúo mal, muy mal. (El público se levanta emocionado, aplausos)
Sin quererlo y sin admitirlo dos agentes oscuros nos denuncian la farsa. “esto es un montaje hipócrita, tienen como telón de fondo a la rutina y encima esperan que al fin, y de una ves por todas, la obra termine; sin dejar de ser actores baratos de una caja de zapatos. No existe la gran vida” Hay gente que dice cosas tan obvias que me gustaría vomitarles la cara. El sabio lleva impreso en su frente el signo de que ha vivido toda la vida sin saber por que, pero sus años, su tristeza y su soberbia (su nuevo bastón) no le permiten admitirlo. Cheque sin fondos, vida al contado. Yo ya pague la entrada.
Pero no me quejo, por que soy el perro estelar. Mis colmillos de leche quieren masticar todas las piedras. El primer placer uno lo siente con el vidrio molido, en las muelas. El segundo es lo mismo, pero sangra la lengua. Nos sentimos taaaannnn vivos. El placer se les relega a los del mas allá, los del mas acá viven catapultados hacia las selvas del dolor.
Quiero volar, con mis patas de perro estelar. Pero las pulgas me pican y mi corazón sigue preso de mis costillas. Un cristiano mogólico dulzor dijo “haré crecer mi corazón hasta que como mermelada desborde el frasco”. Hay dulces que nos impresionan, luego nos indignan, luego nos irritan. Un escopetazo a un frasco a esta hora es prueba de buen gusto.
¿Quién confecciona tu vida? ¿Quién te maquilla todas las mañanas? El que invento esa mascara, era un idiota, pero con sentido del humor y del tiempo. Tu cara sienta bien con la lluvia, con el cielo plomizo de días funerarios. Humorista-meteorólogo: Para el día de mañana a horas inciertas cuando la muerte y la vida se funden en una nube que te mira, es probable que vos mires el cielo y con cara absurda digas que no pensas en nada. A eso si llamo precisión.
Pero por favor, usted que me lee y que participa desinteresadamente y de forma aun más misteriosa de esto que yo escribo le pediría como ultimo favor que no me crea cuando me cree. No me trate de loco por que no lo soy; es mas, le juego una carrera hasta el logos mientras dialogamos sobre cualquier tema. Soy más cuerdo que un acordeón. Y si quiere dejar de escucharme no me calle. Afíneme a su gusto y saque una melodía. Un oasis en el silencio. Haga de mí una isla. Yo le presto todos los instrumentos. Masa encefálica, materia gris en descomposición, neuronas renacuajo, sinapsis en corto, y mucho cable pelado. Convierta la vida en un montaje eléctrico. Un acordeón desafinado. Alaridos melodiosos los del perro estelar.

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