31 ene 2010

Dios

Sus engranajes se detuvieron
luego se oxidaron
miles de arañas lo recorrieron,
como a un cuerpo momificado,
No hubo electroshock para reanimarlo
ni retorno, ni milagro.
El motor del universo
es un astro pretrificado.
Los años lo cubrieron.
con mantos de silencios,
mantos opacos.
Dios ha muerto
¿no se enteraron?
maquina ficcional
de cerebros insanos.

28 ene 2010

destruyendo espejos

Fragmento el cerebro en diez mil pedazos. Arrojo el espejo al suelo para que se haga trizas.
Luego armo rompecabezas bien elaborados. Que confunden mi mente y cortan mis manos.
Soy un heraldo, que siempre llega tarde y anuncia a todos los que todo ya saben. ¿Se enteraron?. Me conocen, como a sus huellas digitales. Huellas de manos limadas. Limadas de tanta caricia. Acariciando asperezas, haciéndole el amor a lijas, a piedras y a sortijas.
Refriégate, revuélcate sobre las espinas. Reptil sanguinario con insomnio en su cama de linternas. Entrevé entre los árboles. Murciélagos verdes, mariposas negras. Tiñe de rojo todo a tu paso. Inunda los bosques. Derrama el néctar torrentoso de tus venas. Llena todo de sangre para que las canoas racionales naufraguen sobre tu vida. Vida liquida esparcida en arroyos difuntos. Devuelve la vida a la osamenta.
Jesucristo resucita en un ciervo, en navidad, en un canal tildado.
Tinta china. Óleo seco. Agua ras. Lo que mas me gusta de la pintura son los olores. En segundo plano las manchas, pero sobre el cuerpo. Huelo el oxido, me empacha el moho.
Quiero azul oscuro en mis manos. Flores en mis rostros y girasoles en mi espalda. Van gogh es un buen amante. Pinta abismos con su lengua y nunca olvida los brillos que  me gustan. Sodomita. Insecto incestuoso que vive en la canasta de una vieja coleccionista de palomas. Muertas y sin cabeza.
¿Alguien se filtro en mis sueños y vio que es lo que me atormenta? ¿Alguien sabe de mi musa muerta? ¿Y de la pesadilla de aves quemadas? Todos me conocen, por la mitad.
Escindido. Dos rostros, una pena. ¿Quién conoce mi cara negra? Líneas rojas, manchas verdes, transeúntes violetas que zig zagean en pórticos metálicos. Nadie me conoce y menos yo. Yo no soy yo. Rimbaud. Mi niño atormentado.
Ojos grises, grandes y demenciales, condenados a la belleza. Encadenados por su fulgor. Sentencia ancestral, locura milenaria. Sublímalo todo. Hasta el cantar de las ranas y las mujeres sin piernas.
Mujer enana., mujer duende. Te patearía por que te amo. En el suelo llorando te golpearía con mi bastón hasta romperte el cráneo. Por que te amo. Te amo tanto que te mataría.
Los traseuntes te miran y nunca pasas desapercibida. Apuradas llegas a tu cucha, te sientes protegida. El mundo es una cartuchera que se cierra con las manos. Ya no mires más. Ceguera mía, ceguera terminal.

telaraña

La araña traza un mapa con rapidez. Los cien pies, avidos de comer, comienzan a recorrer la sutil trampa. Para la araña hilar la tela no es representar lo futuro a concretar. Para la araña hilar es danzar, dibujar en el aire una cartografia de cuadriculas, disyuntivas y  conjuntivas que constituye en si misma una trampa. Los cienpies entonados de soberbia caminan sin cuidado, con toda inocencia; con la inocencia de la soberbia; la de creer ser sin ser.
"Ahora solo basta esperar que quien me quiera comer caiga en la trampa" asi piensa la araña, asi actua y asi gana.

26 ene 2010

Placeres

Pedirás permiso hasta para cagar en un pozo. Te arrodillaras frente a las publicidades de crema enjuague y no montaras ningún sueño, a no ser a que te obliguen a ello. Un rico sueño de petróleo.
Lucifer baila pensamientos tristes en un salón cortesano. Llena su copa de sangre de ciervos y aspira el polen de los huesos de tus seres mas queridos. Eso son placeres y no caprichos. Las mucamas se acercan y se ofrecen en bandeja. Abren temblando las piernas y lucifer la despluma como a gaviotas muertas.
Una paleta carnal de placeres terráqueos. Lujuria de lobo, ansiedad de cerdo. Pero por sobre todo refinamiento. Nada de vulgaridades plebeyas.
Es mejor un salón blanco, con sillones blandos para nalgas caprichosas, un buen ventanal para ver el mundo y una pantalla plana donde se plasman los sueños chatos de un cerdo inconfundible.
Nunca pensé que ese era el camino que nos conducía al edén. Siempre pensé que no había camino para él. Que tonto fui ¡Cuánto descubro hoy! el consumismo sustituyo el paraíso. Politeísmo de mercancías. Panteísmo de mercado. Yo soy Dios dice el corazón del mundo.
Y Dios se virtualiza. Se deja teñir por la evolución de las prótesis de animales enfermos. Animales raquíticos que elaboran con sus mentes cielos monumentales basados en cimientos matemáticos. Signos-dominio. Virus global.
¡Usted, como yo (y me sonrojo de inocencia), esta infectado!. Hasta la medula. Admiramos de las macetas el lugar que ocupa en nuestro jardín. Admiramos su potencialidad. Todo puede crecer, todo se puede expandir. En eso consiste vivir. Pongo un cartel en la puerta de casa que diga “dueño” y notara como levemente su espíritu se eleva más allá de los de enfrente. Seres superiores. Deidades con microondas, heladeras tooning, y silla con respaldo de piel esbelta. Niñas hermosas, cuero para mi sillón. ¡Cuánto placer! ¡Cuanto!

El perro estelar

El perro estelar tiene pulgas que lo inquietan. Han invadido su lomo y en el lomo es el lugar donde no le llegan las patas. El hombre vulgar tiene sueños que lo inquietan. Han invadido su mente y la mente es el lugar donde no le llegan las piernas.
El hombre estelar da a alimentar a sus pulgas con su sangre. Ellas se hinchan, como sueños, satisfechas. Absorben los nutrientes de su dueño. Y el dueño muere alimentando los parásitos saltarines de su cuerpo. Tener sueños nos desgasta. Sanguijuelas románticas de jovencitos enamorados.
Somos perros callejeros que sueñan con la caricia de un Dios ciego. Hay quienes besan a la esfinge que les monta una trampa. Hay quienes matan la araña que les teje el destino.
Destino, pared apedreada. Niño enfurecido, aprendiz del tiempo.
Vivir es teatral. Somos protagonistas de una obra ajena. Nos hemos olvidado de ensayar y no nos queda mas que improvisar en una obra sin argumento. Arrojémonos sobre el público; del teatro vacío. Matemos al autor; que nunca escribió.
Se levanta el telón, los futuros muertos aplauden al recién nacido. El recién nacido llora anticipadamente la muerte de sus seres queridos. Nacemos y morimos, entre llantos y risas.
Aplausos (irónicos chasquidos, golpetear absurdo de aletas con callos)
La obra no termina. El escenario es invadido por pulgas, sanguijuelas, ratas de alcantarilla, mariposas ebrias y Ángeles con flautas de opio. Es la hora de mi escena, la hora de minuto y medio. El minuto y medio: el instante efímero entre dos nadas idénticas.
Hago justamente lo que no tendría que hacer. Es muy bueno mi papel. Alguien tiene que hacer de mí y el papel vaya saber quien me lo designo. Soy la persona correcta para actuar de lo que actúo. Y actúo mal, muy mal. (El público se levanta emocionado, aplausos)
Sin quererlo y sin admitirlo dos agentes oscuros nos denuncian la farsa. “esto es un montaje hipócrita, tienen como telón de fondo a la rutina y encima esperan que al fin, y de una ves por todas, la obra termine; sin dejar de ser actores baratos de una caja de zapatos. No existe la gran vida” Hay gente que dice cosas tan obvias que me gustaría vomitarles la cara. El sabio lleva impreso en su frente el signo de que ha vivido toda la vida sin saber por que, pero sus años, su tristeza y su soberbia (su nuevo bastón) no le permiten admitirlo. Cheque sin fondos, vida al contado. Yo ya pague la entrada.
Pero no me quejo, por que soy el perro estelar. Mis colmillos de leche quieren masticar todas las piedras. El primer placer uno lo siente con el vidrio molido, en las muelas. El segundo es lo mismo, pero sangra la lengua. Nos sentimos taaaannnn vivos. El placer se les relega a los del mas allá, los del mas acá viven catapultados hacia las selvas del dolor.
Quiero volar, con mis patas de perro estelar. Pero las pulgas me pican y mi corazón sigue preso de mis costillas. Un cristiano mogólico dulzor dijo “haré crecer mi corazón hasta que como mermelada desborde el frasco”. Hay dulces que nos impresionan, luego nos indignan, luego nos irritan. Un escopetazo a un frasco a esta hora es prueba de buen gusto.
¿Quién confecciona tu vida? ¿Quién te maquilla todas las mañanas? El que invento esa mascara, era un idiota, pero con sentido del humor y del tiempo. Tu cara sienta bien con la lluvia, con el cielo plomizo de días funerarios. Humorista-meteorólogo: Para el día de mañana a horas inciertas cuando la muerte y la vida se funden en una nube que te mira, es probable que vos mires el cielo y con cara absurda digas que no pensas en nada. A eso si llamo precisión.
Pero por favor, usted que me lee y que participa desinteresadamente y de forma aun más misteriosa de esto que yo escribo le pediría como ultimo favor que no me crea cuando me cree. No me trate de loco por que no lo soy; es mas, le juego una carrera hasta el logos mientras dialogamos sobre cualquier tema. Soy más cuerdo que un acordeón. Y si quiere dejar de escucharme no me calle. Afíneme a su gusto y saque una melodía. Un oasis en el silencio. Haga de mí una isla. Yo le presto todos los instrumentos. Masa encefálica, materia gris en descomposición, neuronas renacuajo, sinapsis en corto, y mucho cable pelado. Convierta la vida en un montaje eléctrico. Un acordeón desafinado. Alaridos melodiosos los del perro estelar.